Por C.D. Marco A. García Lazcano Cédula: 10051019 UANL – Tu dentista en Monterrey, en colaboración con dentalmedics®

Introducción
El fuego labial, también conocido como herpes labial, es una infección viral causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). Se manifiesta en forma de pequeñas ampollas o llagas alrededor de los labios, la boca o incluso en la nariz y el mentón. Estas lesiones pueden ser dolorosas y molestas, y aunque desaparecen en unos días, el virus permanece en el organismo y puede reactivarse en el futuro.
Causas y Factores Desencadenantes
El herpes labial es altamente contagioso y se transmite a través del contacto directo con las lesiones o la saliva de una persona infectada. Una vez que el virus entra en el cuerpo, permanece en estado latente en los nervios faciales y puede reactivarse debido a factores como:
Estrés y ansiedad.
Exposición prolongada al sol o al frío extremo.
Bajos niveles de defensas o sistema inmunológico debilitado.
Enfermedades o fiebre.
Cambios hormonales (como los que ocurren durante el ciclo menstrual).
Síntomas del Fuego Labial
Las lesiones del herpes labial suelen evolucionar en varias etapas:
Hormigueo y picazón: Sensación de ardor o picor en la zona afectada antes de la aparición de las ampollas.
Formación de ampollas: Pequeñas burbujas llenas de líquido que pueden agruparse.
Ulceración y costras: Las ampollas se rompen, formando úlceras que luego se cubren con una costra amarillenta.
Cicatrización: En un plazo de 7 a 10 días, las costras se desprenden y la piel sana sin dejar cicatrices permanentes.
Tratamiento y Prevención
Aunque no existe una cura definitiva para el herpes labial, existen tratamientos que pueden ayudar a reducir la duración y severidad del brote:
Antivirales tópicos o orales: Medicamentos como el aciclovir o el valaciclovir pueden acelerar la recuperación si se administran en las primeras fases del brote.
Analgesia y alivio sintomático: Aplicación de compresas frías, cremas hidratantes y analgésicos de venta libre pueden reducir el malestar.
Evitar el contacto con lesiones: No compartir objetos personales como vasos, toallas o labiales para prevenir la propagación.
Protección solar: Usar un protector labial con FPS ayuda a prevenir reactivaciones inducidas por el sol.
Conclusión
El fuego labial es una afección común y recurrente que, aunque no representa un peligro grave para la salud, puede resultar incómodo y contagioso. Mantener un sistema inmunológico fuerte y adoptar medidas preventivas puede ayudar a reducir la frecuencia de los brotes. Si presentas episodios frecuentes o severos, consulta con tu dentista o médico para un manejo adecuado.
Bibliografía
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